Una gran ventaja

¿Cuál es la mejor manera de cultivar el talento y ofrecer a los estudiantes formación y oportunidades profesionales? Según Sandvik en Irlanda del Norte, un programa de aprendizaje. Te presentamos a Nathan Prentice, de 18 años, que ya tiene un pie dentro de la industria.

Cuando Nathan Prentice obtenga su licenciatura en ingeniería mecánica y de fabricación, una parte importante de su educación habrá sido la formación práctica que recibió en las instalaciones de producción de Sandvik Mobile Crushing and Screening en Ballygawley, en el condado de Tyrone, Irlanda del Norte. Es cierto que ha tenido que añadir un año más a su carrera en la Universidad de Ulster, donde actualmente cursa la parte académica de sus estudios, pero para Prentice merece la pena.Apprentice Nathan Prentice

"Cuando me gradúe tendré una gran ventaja en mi carrera", dice. "He aprendido cosas con mi aprendizaje que no se adquieren con los estudios, como don de gentes y gestión del tiempo, que me han ayudado a crecer como persona".

Atraer al talento adecuado

El centro de producción de Ballygawley es el Centro de Excelencia para las trituradoras móviles y las instalaciones de cribado de la empresa. También es la base de Sandvik para la I+D en este campo, así como el suministro global de posventa para sus clientes, generalmente canteras, minas y operaciones de reciclaje.

"Nos enorgullecemos de ser líderes del sector en estos productos", afirma Alana Hopper, generalista de RR.HH. de Sandvik, responsable del programa de aprendices. "Es un mercado competitivo, sobre todo en esta área, por lo que estamos invirtiendo estratégicamente en programas de aprendices, que han demostrado ser un gran activo para atraer a los talentos adecuados."

Alana Hopper, HR Generalist

Hay una razón por la que una parte importante de los equipos de tratamiento de rocas del mundo tiene su origen en el condado de Tyrone. Fue aquí, en la década de 1950, donde un lugareño, John Finlay, desarrolló el concepto de cribas para separar distintos tamaños de rocas y piedras. Desde entonces, la zona se ha convertido en un centro mundial de fabricación del sector o, como dice Prentice, "es el Silicon Valley de los equipos móviles de trituración y cribado".

Prentice recuerda que cuando terminó la enseñanza secundaria, a los 18 años, no sabía qué carrera seguir: "No quería gastarme miles de libras en matrículas para luego descubrir que la ingeniería no era lo mío", dice. "El aprendizaje me dio una idea de las funciones que podía ofrecer una formación en ingeniería, y le cogí el gusto. Empecé con un "aprendizaje de nivel superior" en el South West College y luego cursé una licenciatura a tiempo parcial en la Universidad de Ulster".

Ganar mientras se aprende

"Uno de los principales atractivos era, obviamente, que podías 'ganar mientras aprendías'", dice. "Sandvik me paga por el trabajo que hago y financia mi curso. Cuando termine mis estudios, no tendré ninguna deuda por las tasas académicas, y ya tendré un pie en la puerta y la oportunidad de ascender."

El South West College ofrece varios tipos de aprendizaje y colabora con muchas escuelas y empresas de la zona para apoyar el aprendizaje y el desarrollo de competencias en el sector. Para Prentice, Sandvik, con su nombre mundial, fue su primera opción, y ha demostrado ser una buena elección. Dice que le impresionó especialmente la responsabilidad que se le asignó.

"Durante los dos últimos años he estado en el departamento de calidad, comprobando las máquinas antes de enviarlas a los clientes", dice, "lo que significa literalmente inspeccionar cada tornillo y cada centímetro de pintura, un trabajo que hice con confianza gracias a la excelente formación recibida".

Como todos los aprendices de Sandvik en Ballygawley, Prentice empezó con seis meses de rotación para conocer todas las partes del negocio. Luego pasó a dedicar más tiempo a departamentos específicos, que en su caso empezaron en el departamento de calidad. Durante su aprendizaje, pasaba tres días y medio a la semana en Sandvik, y el resto de la semana en la universidad.

Hopper afirma que Sandvik ha ido invirtiendo gradualmente más en sus programas de aprendizaje durante los últimos seis años, y ha dado sus frutos: "Los aprendices son importantes para nosotros", dice, "son innovadores y aportan nuevas formas de pensar y nuevos enfoques a la empresa, además de promover la diversidad y la inclusión. Estamos encantados de tener mujeres aprendices en ingeniería, en una gama de niveles de aprendizaje".

En la actualidad, el centro también ofrece un programa de formación en apoyo empresarial centrado en la contratación, el primero de este tipo en Irlanda del Norte, junto con la promoción continua de los programas de formación tradicionales existentes en el sector de la fabricación.

"La mayoría de los aprendices están con nosotros un mínimo de dos años", dice Hopper, "y si, como Nathan, hacen el programa de licenciatura a tiempo parcial y progresan hasta una licenciatura, permanecen con nosotros durante esos años de estudio". Todos los aprendices que han completado sus cualificaciones con la empresa han sido retenidos con puestos en la organización y siguen siendo miembros valiosos de Sandvik."