Dejando huella

Puede que Talitha Groenewold no llevara la ingeniería en la sangre, pero sin duda despertó su curiosidad y acabó inspirándola para seguir su carrera actual. Ahora trabaja activamente para mostrar a las mentes jóvenes más brillantes, con especial atención a las mujeres, que las oportunidades en ingeniería están al alcance de todos, especialmente en Sandvik.

"Para mí es muy importante mostrar a los jóvenes estudiantes las oportunidades que tienen a su alcance, independientemente de su procedencia o sexo", afirma Talitha Groenewold, ingeniera de aplicaciones de automatización de Sandvik Mining and Rock Technology, "porque lo que he observado es que hoy en día hay muchas más mujeres que cursan estudios de matemáticas, ciencias, ingeniería y tecnología. Y no siempre ha sido así".

Ni siquiera fue así para Groenewold, que de adolescente se veía a sí misma como investigadora dentro de la industria biomédica.

"Quería ambiciosamente encontrar una cura para el cáncer", dice, "hasta que me di cuenta de que no era tan buena con la sangre".

La holandesa reevaluó su posible futuro. Hizo algunos tests para ayudar a acotar su selección y se dio cuenta de que las diez primeras opciones que le aconsejaban estaban todas relacionadas con la ingeniería.

"En cuanto me di cuenta de lo mucho que me gustaban las matemáticas y la física, empecé a considerar la ingeniería como un posible camino", dice Groenewold. "Pero tenía que ser algo más que ingeniería general. Tenía que hablarme a mí".

En algún momento, su mente curiosa encontró las Ciencias de la Tierra Aplicadas, el feliz matrimonio de la ingeniería, la geología y la estructura a gran escala del interior de la Tierra. En un viaje de estudios posterior a una mina de lignito en Alemania, Groenewold quedó impresionada por el tamaño y el alcance de una excavadora de rueda de cangilones, un equipo que puede alcanzar dimensiones de 96 metros de alto y 225 metros de ancho, y desde entonces no ha vuelto la vista atrás.

"Antes de ese viaje, estaba indecisa entre Ingeniería Aeroespacial o Ciencias Aplicadas de la Tierra", recuerda Groenewold, "pero después de esa visita me decidí por hacer un máster en Ingeniería de Minas".

En 2012, Groenewold comenzó sus estudios en la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos), durante los cuales organizó viajes a minas y diversas conferencias en su activo papel dentro de la asociación de estudios. Durante sus estudios, incluso visitó las instalaciones de Sandvik en Tampere, Finlandia. Cuando llegó el momento de elegir dónde cursar el máster, eligió el Curso Europeo de Minería, repartiendo su tiempo entre la Universidad Aalto de Helsinki (Finlandia), la RWTH Aachen de Alemania y la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos).

para mí fue uno de los mejores momentos de mi vida", dice, "estudiar con otros 14 estudiantes, viajar por Europa, aprender sobre minas y divertirme".

"Pero mi principal motivación era terminar la universidad con todos los conocimientos aplicados posibles para dejar huella, sobre todo en este sector en el que hay tan pocas mujeres. En el mundo de la minería, a veces tienes que enfrentarte a viejos prejuicios por tu género y a los que no creen que seas adecuada para la industria porque es demasiado dura. Pero siempre supe que era para mí y que quería dedicarme a ello".

Y lo hizo. En 2018, Groenewold estaba buscando su tesis de máster justo al mismo tiempo que la unidad de negocio de automatización de Sandvik Mining and Rock Technology buscaba un estudiante de máster.

"La minería puede ser una industria muy convencional", dice, "en nuestro departamento estamos muy centrados en la innovación y en digitalizar y automatizar la industria". Necesitaban un ingeniero de minas para tener una idea clara de la eficacia de las explotaciones mineras, y me pareció superinteresante".

Hoy, Groenewold y su pareja viven en Tampere (Finlandia), no lejos de la mina de pruebas de Sandvik. En su puesto actual de ingeniera de aplicaciones, se encarga de recopilar más conocimientos sobre cómo se implementan los productos Sandvik en la mina.

Groenewold is tasked with gathering more knowledge on how Sandvik products are implemented on the mine site."Las minas son lugares muy complicados, una especie de caos controlado", dice, "y puede ser difícil aplicar un producto en un entorno tan complejo. Y aunque tenemos una idea clara de lo que queremos que hagan nuestros productos, es esencial obtener información y datos sobre la situación real en la mina. Mi trabajo consiste en ver a qué retos nos enfrentamos nosotros y nuestros clientes y encontrar posibles soluciones a largo plazo.

"Sandvik es un lugar de trabajo tan abrumador e impresionante", dice Groenewold, "me gusta porque es un entorno tan diverso. Me reta a pensar más allá de mi propio sector y enfoque. Siento que tengo la libertad de formar mi propia personalidad y crear mi propia posición en mi vida profesional."

Aumentar la diversidad en Sandvik está en la lista de tareas pendientes de Groenewold. Recibe a graduados de su alma mater para enseñarles la mina de pruebas y las instalaciones, y su objetivo es intentar inspirar a jóvenes estudiantes, con especial atención a las mujeres, para que sigan su amor por la ingeniería en Sandvik.

"A veces la gente ve primero a una mujer y luego se entera de que eres ingeniera", dice, "y eso puede ser muy frustrante. Me encanta mostrar a los graduados en ingeniería, especialmente a las mujeres, lo diversa que es nuestra empresa y lo genial que es ser mujer en esta industria.

"Se están produciendo tantos cambios, sobre todo en el mundo de la digitalización y la automatización, que hay muchas oportunidades para que las mujeres dejen su huella".